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Cinco grandes diferencias entre las carreras de trail y las de asfalto

La llamada de lo salvaje es una evidencia. En las últimas dos décadas se ha disparado el número de corredores que deciden poner el corazón a funcionar en la naturaleza, ampliar horizontes lejos del asfalto, la superficie que hasta ahora reinaba entre los fondistas vocacionales. El trail running engancha, quien lo prueba suele repetir y, lo que es más importante (sin duda la clave del boom de la disciplina), ejerce de embajador entre sus allegados: “Tienes que probarlo”. Además, el debate asfalto-trail no necesita un ganador. Son compatibles, por supuesto, aunque para disfrutar ambos es necesario conocer y aceptar sus diferencias.Con ese objetivo, el de analizar la particular idiosincrasia de corretear por las alturas en lugar de limitarse a las fronteras del entorno urbano, nos hemos citado con Juan Carlos Granado. El entrenador vallisoletano es una voz más que autorizada en la materia, ya que bajo su tutela han progresado corredores de pista, asfalto y trail. En el tartán guió los pasos de la mejor ochocentista española de todos los tiempos, Mayte Martínez (medallista europea y mundial tanto al aire libre como indoor); en el asfalto condujo a José Carlos Hernández hasta el maratón olímpico de Londres 2012; y en el trail es el actual coordinador-asesor de la Real Federación Española de Atletismo, el encargado de aconsejar al seleccionador nacional quiénes son los chicos y chicas que deben representarnos en las competiciones internacionales de mayor rango. Con él profundizaremos en los cinco principales aspectos que diferencian el off road del alquitrán.

Anna-Maria Woerndle y Manuel Hirner corren en Saalbach, Austria, el 15 de julio de 2019.
El trail running te lleva a sitios fascinantes© Lukas Pilz

Ritmo

No sabemos si es la principal diferencia, pero del podio no se baja seguro. Cuando comienzas a correr por la montaña te das cuenta muy rápido: es imposible mantener un ritmo constante durante toda la carrera y debes ser capaz de cambiarlo infinidad de veces en el transcurso del entreno o la competición. “Esto, que a muchos puede parecer una chorrada, tiene bastante dificultad”, expone Granado. “Para adaptarse a esta filosofía y forma de competir no queda otra que entrenarla, donde sea, aunque lo suyo sería familiarizarse con el entorno lo máximo posible”, es decir, nos podrían valer las clásicas sesiones de cambios de ritmo o fartlek (conocidas por los atletas de pista, cross y ruta) aunque lo suyo es visitar la montaña lo máximo posible (siendo conscientes que no a todos nos queda igual de cerca). El experto también deja claro que: “Cuantos más años llevemos corriendo en asfalto, más difícil será amoldarse a correr de manera no uniforme”.

Una atleta corre por la jungla durante una ultramaratón en Colombia.
Más días en la montaña, más beneficios© Marcelo Maragni

Andar

Sí, hay que aprender a andar. Todos sabemos hacerlo pero aquí se trata de conocer la versión más eficiente y económica de nuestra forma de caminar. Hasta los mejores del mundo andan en el trail, a diferencia del asfalto, cuando este recurso solo se utiliza en casos de agotamiento máximo. Como dice Granado: “En las carreras de asfalto, cuando te pones a andar significa que has dejado de competir”. Eso es, has agarrado una ‘pájara’, te has lesionado… y la cosa ya se reduce a sobrevivir, llegar a meta en el estado de mayor dignidad posible. Andar en carretera es doloroso, andar en trail es parte del juego, “de la estrategia. Hay que acostumbrarse a combinar el andar y el correr, lo que en el argot se denomina ‘cacos’. Debemos dedicar mucho tiempo a estos entrenamientos. Más que el rendimiento físico en sí lo que tenemos que lograr es saber cuándo hay que correr y cuándo toca andar, no se trata de patear cuando ya no queda más remedio, sino cuando, en determinadas pendientes, resulta más eficiente ponerse a caminar que seguir corriendo. Es algo que depende mucho de las características físicas de cada corredor, pero saber determinarlo es crucial cuando el porcentaje de subida oscila entre el 15 y el 20%. Por supuesto esto dependerá mucho de la distancia de la carrera (no es lo mismo 25 kilómetros que un ultra), el tipo del terreno y el nivel del deportista”.

trailrunning downhill with Seb Montaz
Es crucial adaptarte a los terrenos irregulares para disfrutar del trail© Damien Rosso

Terreno

Otra cosa que parece caer por su peso pero que muchos tardan en asimilar cuando desean ser asiduos del monte: si el terreno es diferente la zancada también ha de serlo. Granado lo expresa así: “La mecánica de la zancada debe adaptarse al sitio por donde pisas. Un corredor que viene de la pista o el asfalto es, por lo general, más rápido que uno de montaña, pero si no cambia su manera de correr en una superficie tan irregular como la que presentan las carreras de trail le resultará imposible ir deprisa, no podrá sacar a relucir todo su potencial. Esto si que no se puede entrenar en la ciudad, no queda más remedio que subir al monte. Otras variables que hemos comentado, como el ritmo o los cacos, pueden trabajarse con cierto éxito en un parque, una carretera o incluso la cinta del gimnasio, pero esto no”.

Corriendo en plena montaña junto a cabras montesas.
Es duro, pero el trail running merece la pena© Kelvin Trautman/Red Bull Content Pool

Bajar

Todo lo que sube baja, la física es así. Vale que a veces los trails consisten solo en subir (los súper populares ‘kilómetros verticales’, por ejemplo), pero por norma general los descensos están a la orden del día; en ellos se gana y se pierde mucho. “En asfalto las bajadas suelen ser cortas y de desniveles muy pequeños. En un trail, dependiendo de la longitud, vamos a pasar mucho tiempo bajando, y eso requiere un alto componente excéntrico en el trabajo de los cuádriceps, en contraposición a la predominancia del componente concéntrico cuando afrontamos una subida. Podemos entrenarlo en el gimnasio -sobre todo si nuestro objetivo son carreras de corta o media distancia- mediante ejercicios de pliometría, con saltos al suelo desde una determinada altura. Pero de nuevo regresamos al punto anterior; cuando corramos largas distancias las bajadas serán cada vez más largas y técnicas, así que lo ideal es reservarnos un par de días para poder incidir sobre este aspecto directamente en la montaña”.

Elegir bien el material es muy importante en el trail running
Elegir bien el material es muy importante en el trail running©  Richard Hallman

Zapatillas

Todo el material adquiere una importancia mayor en la montaña que en asfalto (y eso que en las cumbres todavía no ha desembarcado con fuerza la fiebre del carbono). Son habituales los bastones para ayudarnos en el esfuerzo o corregir las deficiencias de nuestra técnica; fundamentales -obligatorias en formatos largos- las mochilas con recipiente hidratación… Pero el elemento principal son las zapatillas. Granado señala que “una vez más depende mucho de la longitud de la prueba, pero por lo general hablamos de zapatillas con mucho refuerzo y una suela de mucho agarre en comparación con las que podemos usar para competir en un 10K, una media o un maratón convencional. Mucho grip, como dicen los trails runners, que nos den asistencia en las subidas y seguridad en las bajadas. En el mercado la oferta de marcas y modelos es impresionante y me atrevería a decir que es completamente imposible que no encuentre un par que se adapte perfectamente a tus características”.

FUENTE: https://www.redbull.com/es-es/running-diferencias-carreras-trail-asfalto

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